Mujeres en Occidente: La mujer en Cuba

Víctimas de la violencia doméstica.

Son mujeres con buen nivel educacional y buena situación económica y social, que trabajan en firmas extranjeras o pertenecen a ramas políticas del país.

Las agresiones físicas y verbales, casi siempre producto de las intoxicaciones alcohólicas de sus esposos quedan impune, por no hacer pública su conducta para no afectar su imagen política y social, que pueda comprometer la posición laboral o el cargo como dirigente del cónyuge. En algunos casos de violencia doméstica las víctimas se niegan a dirigirse a los organismos gubernamentales o autoridades competentes, ya que debido al nivel de influencia de sus esposos sus planteamientos no son escuchados o las medidas con los victimarios son insignificantes, dejándolas en plena indefensión.

Algo aterrador de este fenómeno de la violencia doméstica es que muchas de sus víctimas son arrojadas a la calle por sus esposos, casi siempre en horas de la noche durante severas crisis de alcoholismo, viéndose obligadas a permanecer largas horas deambulando por las calles sinamparo de nadie o un lugar para refugiarse. El círculo vicioso de la violencia doméstica en Cuba se agudiza, por no existir viviendas alternativas para las personas en conflicto, ya sea por alquiler o compra de inmuebles.

En el aspecto social, existen casos lamentables de pobreza donde ancianas buscan en los contenedores de basura objetos de todas las clases, unos para la venta al estado en los lugares de reciclaje y otros desgraciadamente para su propio consumo.

Y en las mujeres mas jóvenes se da el caso de tener que vender la leche de sus hijos para cubrir otras necesidades.

Impera la necesidad de una adecuada política de género, y existe una falta de conocimientos sobre diversos temas que le competen a la mujer y un sinnúmero de ellas carentes de apoyo social y económico.

El principal problema que enfrentan estas mujeres es garantizar la alimentación de su familia, la falta de viviendas adecuadas, por el gran deterioro de las mismas y en un número menor pero existente, muchas carecen de lugar propio para vivir. Todas con serias dificultades para trasladarse a sus centros laborales, muchas lo hacen con niños pequeños los cuales estudian cerca del lugar de trabajo de sus madres.

Algo alarmante es el gran número de mujeres solteras o en uniones libres, con poca responsabilidad sobre la familia.

Las sociedades durante años han creado leyes, organizaciones que han condenado conductas tan reprochables como el abuso contra las mujeres, pero no todas poseen la valentía para denunciar la violencia de las que son objetos, sobre todo proceden de hijos, esposos o familiares que casi siempre son enfermos de alcoholismo o simplemente practican la drogadicción en algunas de sus manifestaciones.

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